jueves, 15 de noviembre de 2012

El perdón


Perdonar es algo que realmente nos hace bien, tanto espiritual como sentimentalmente y personalmente; ya que si realmente perdonamos sacamos de nuestra mente, cuerpo y alma un sentimiento de ira, angustia y rencor que nos produce solamente malos sentimientos y sensaciones y nos hace peores personas. Aunque se dice que el perdón es divino, recuerden que todos tenemos algo divino.

Como escribió Fito Paez en su cación ¨ Al lado del camino¨  ´´No olvides que el perdón es lo divino y rara vez suele ser humano´´

Perdón proviene de la palabra perdonar, que a su vez proviene de los vocablos latinos per + donāre (dar, regalar).

La preposición per significa, según los casos por, con, pasar (por algo), por medio de, en cuenta de, a, a causa de, pasar por (encima, sobre de), en presencia de, durante, en el curso de, muy, excesivamente, total, completamente.[

El perdón consiste en esencia en que el perdonante, que estima haber sufrido una ofensa, decide, bien a petición del ofensor o espontáneamente, no sentir resentimiento hacia el ofensor o hacer cesar su ira o indignación contra el mismo, renunciando eventualmente a vengarse, o reclamar un justo castigo restitución, y optando por no tener en cuenta la ofensa en el futuro, de modo que las relaciones entre ofensor perdonado y ofendido perdonante no queden afectadas. El perdonante no "hace justicia" con su concesión del perdón, sino que renuncia a la justicia al renunciar a la venganza, o al justo castigo o compensación, en aras de intereses superiores.

El perdón no debe confundirse con el olvido de la ofensa recibida. Quien la olvida no perdona, pues no adopta una decisión de perdonar. Tampoco perdona quien no se siente ofendido por lo que otras personas considerarían una ofensa. Tampoco perdona quien deja de sentirse ofendido tras las explicaciones del presunto ofensor que hacen ver la inexistencia originaria de ofensa alguna.

Quien pide perdón ha de reconocer ante si mismo su propio error y culpa, vencer su orgullo y humillarse ante el ofendido, solicitándole la gracia del perdón (lo que puede afectar a la autoestima), y arriesgarse a haber reconocido la culpa o responsabilidad para eventualmente no recibir el perdón solicitado. Ahora bien, aunque el ofendido es teóricamente libre de perdonar o no, se espera que aumenten para el ofensor las posibilidades de ser perdonado:

Ø  Cuando el ofensor explicita su pesar o arrepentimiento.

Ø  Cuando ha solicitado el perdón, sobre todo si se lo hace públicamente.

Ø  Cuanto más importante sea su relación con el ofensor.

Perdonemos y traemos de no hacer cosas que alguien nos tenga que perdonar  y les aseguro que sus vidas serán más felices. Y si tienen que pedir perdón a alguien háganlo y verán cómo se sentirán.

Ing. Julio Manuel Contreras Félix

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